A tu pareja, familia, amigos, trabajo y a ti.
Hecho real: La perfección no existe, aun así pasamos una vida buscándola
Hola manita,
Me gustaría compartir un poco sobre la herida de la infancia más retadora: “Si soy perfecto, soy merecedor de amor y cariño”. Las características principales de mi personalidad se basan en esta premisa: ejecutar acciones libres de errores encaminados a lograr objetivos específicos – en algunas ocasiones estos son irreales-. Por ello la palabra perfección ha sido asociada a conceptos negativos tales como: productividad baja, auto exigencia elevada, postergación autoestima baja, estándares poco realistas, ansiedad, etc, etc. Todos ellos verdaderos.
Un perfeccionista nace cuando de pequeño se le pidió asumir responsabilidades no acordes a nuestra edad; esas criaturas que se “comportan muy maduros para su edad” debido a la asertividad con la cual realizan funciones de adulto, sip bueno, revisaría dos veces ese patrón. Al final, estas criaturas se convertirán en individuos que asocian su valor con la calidad del resultado obtenido, autocríticos y con un cumplimiento estricto de las reglas: sociales, morales y políticas.
A pesar de la connotación negativa de este comportamiento, esté y otras peculiaridades me mantuvieron funcional para afrontar el primer golpe a los 17, el segundo a los 24 y el gran final a los 26. Suertuda yo (Léase con ironía). Entonces ¿Es recomendable sostener la perfección en tu personalidad? Neit, Keine, no, de la forma antes descrita. Vivir con el lema de “Todo vale cuando la prioridad es crear resultados perfectos”, me condené a obtener resultados insuficientes, emociones como la insatisfacción y angustia se convirtieron en una rutina. Buscar la perfección ya está “grabado a fuego” dentro de mí, si no lo hago ¿Quién seré?
¡Oh! Pobre criatura rota y verde,
Arregladora del mundo
Ave imperfecta
Creadora de monstruos
¿Cuándo vas a repararte tú?
Terapia. Terapia. Terapia.
Una acción que transformo mi esencia.
Me dio las herramientas para transmutar la perfección destructiva en un arma poderosa que me permite potencializar mis habilidades innatas de forma sostenible. El primer paso fue hacer actividades por placer, porque puedo y quiero; regresé a leer y hacer maratones de películas. Algunas técnicas de mindfuless me ayudaron a mantenerme en una actividad y no dispersarme. Comprendí que hay procesos que no necesitan ayuda para llevarse a cabo, debemos ser meros espectadores y esperar que se realicen por sí mismo. A eso le llaman paciencia. Imagínate la habilidad menos abundante en cuerpo.
Hecho real: Fallar viene instalado en nuestro software mental.
El segundo paso fue redefinir al error como una oportunidad de mejora. Entonces me atreví a lanzar productos hechos pero no perfectos, y pulir el diseño con la retro alimentación del cliente final. La perfección fue encaminada para crear presentes y/o experiencias donde ustedes (Incluso yo) puedan sentirse respetados y valorados. Cuidando el número máximo de detalles para darles a ustedes representaciones tangibles de mi amor y cariño.
Reconozco que hay días de titubeo y la insatisfacción y ansiedad de no cumplir con la meta como debería me generan no disfrutar el momento de la recompensa con plenitud. Ahí es cuando me doy una dosis extra de gentileza y escribo (para gestionar, identificar y/o aliviar) todo aquello que según mi cabeza está mal ejecutado.
¿Cuándo vas a repararte tú?
Hoy ya di el primer paso.
Polvitos perfectos de amor y cariño,
O.M.
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Créditos de la imagen a quien corresponda.
Advertencia. Mis consejos/ vivencias no pretenden reemplazar la terapia con un profesional de la salud certificado. En esta liga puedes verificar la validez de la cédula profesional: https://www.cedulaprofesional.sep.gob.mx/cedula/presidencia/indexAvanzada.action
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