La mayor parte de lo que llamo “cocinar” es solo fundir queso sobre cosas.
Querida manita,
Continua la racha de noticas no tan favorables, hace unas semanas comencé con la recurrencia de síntomas estomacales producidos por el síndrome del intestino irritable (SII), por ello tomé la decisión de retomar un enfoque más integral sobre el tratamiento de esta enfermedad: empecé la dieta baja en FODMAS y creí que moriría de hambre por la gran cantidad de alimentos restringidos, no obstante, bajo la correcta supervisión de un profesional eso no ocurre.
Si mi cuerpo me lo permite es mi nuevo mantra. No puedo recuperar mi salud intestinal mientras continúe consumiendo alimentos y/o sustancias que, por el momento, mi cuerpo no pueda digerir apropiadamente. Además, los temas asociados a la comida los he vivido con estigma y culpa para continuar con el ritmo de nuestra generación.
El mundo me dijo que vivir hambrienta era lo deseable y le creí, normalice desde la adolescencia alimentos buenos y malos, disminuí el consumo de postres porque no era bien visto para las niñas o los condicione en función de la cantidad de ejercicio que realice, prioricé todas las actividades antes que comer, recuerdo pasar hasta 36 horas sobreviviendo con dietas liquidas para no perder tiempo en comer y aun así no pude alcanzar la talla 0 y sufrí por ello. Llegué al punto de sentir culpa cada vez que comía y pasar hambre por voluntad propia ¿quién haría algo así?
Por consiguiente, los cambios que están ocurriendo en mis patrones alimentarios son desafiantes y, he de confesarte que me asusta no estar lista para ello, comenzar a forzar las cosas y terminar con un desastre aún mayor. Paciencia, es lo que dice la gente, algo que he trabajo en el transcurso de los años y espero sea la herramienta que me ayude en este nuevo proceso.
Si mi cuerpo me lo permite, es aquello que me guía para saber que comer durante el día y aceptar los episodios de inflamación, dolor y estreñimiento como síntomas normales del SII y que estamos trabajando en mejorar. También me proporciona aceptación sobre los cambios en mi cuerpo.
Con tropecientos abrazos de oso y un pastel de regalo,
O.M.
P.D. Te comparto la receta de los mejores hot cakes de la historia, no me caen pesados y han mejorado mi tránsito intestinal además de ser rápidos y nutritivos.
- ½ taza de harina de avena
- ½ taza de harina de plátano verde
- 1 Cda de polvo para hornear
- 2 Cda de cacao en polvo (opcional)
- 2 Cda de azúcar (sustituto o mascabado)
- 1 pizca de canela, jengibre y vainilla.
- 2 huevos
- 1 taza de leche o yogurt griego
- 1 taza de berries (arándanos rojo o azul, fresa, grosella, mora o frambuesa.)
- Mezcla todos los ingredientes menos las berries.
- Vierte la mezcla en un sartén antiadherente caliente (fuego bajo), agrega algunas berries y deja que se cocine por un lado, da la vuelta y coccina. No requieres mantequilla pero si lo prefieres la puedes agregar.
- Repite hasta terminar la mezcla.
- Calienta el resto de las berries en una sartén, adiciona unas dos cucharadas de chía (previamente hidratada) para aumentar el espesor de la mezcla y machaca hasta formar una mermelada.
- Sirve los hot cakes con la mermelada y el topping de tu preferencia.
No necesitas sentirte culpable por comer, a menos que hayas robado el pan de la tienda.
@Elcuerpoquesomos
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Créditos de la imagen a quién correspondan.
Advertencia: Nuestro contenido está basado en experiencias propias las cuales difieren de otras personas. Por ello es válido estar en desacuerdo con la información. Te invito a consultar fuentes diferentes de información y crear tu propio criterio respecto a los temas abordados en el blog. Los consejos/ vivencias aquí expuestos no pretenden reemplazar la terapia con un profesional de la salud certificado. En esta liga puede verificar la validez de la cédula profesional de su especialista:
https://www.cedulaprofesional.sep.gob.mx/cedula/presidencia/indexAvanzada.action
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